jueves, 26 de junio de 2008

DAMASCO OTOMANO (1807-1920) En textos en español.

Pablo Martín Asuero me ha mandado el texto y las imágenes de su conferencia que dio en el Instituto Cervantes de Damasco el pasado lunes 23.

Antes de entrar en los textos conviene precisar:
Tipos de viajeros:
1-Oficiales: diplomáticos, espías, científicos.
2-Independientes: escritores, turistas, peregrinos.

La literatura de viajeros que les influye: Romanticismo, Realismo, Modernismo.

Tipo de textos: memorias de diplomáticos, memorias de expediciones, diarios de viaje, peregrinaciones, crónicas periodísticas y también artículos en prensa sobre 1860, enciclopedias, revistas ilustradas, manuales de geografía, etc.


El primero es Domingo Badía Leblich Barcelona 1767 hombre de la Ilustración pero con una buena dosis de héroe romántico al ser no solo un viajero sino también un espía, un converso al islam y un hombre con, al menos, tres identidades:

1- Domingo Badía Leblich.
2- Viajero Alepino con domicilio en Londres 1803 sale de Cádiz hasta que llega a Alejandría 1806.
3- Alí Bey el Abbasí, bey Sherif, hijo de Sultán del Garb.

Domingo Badía presenta un plan a Godoy viaja de 1804-07 hasta que le descubren en Turquía, se pone al servicio de los Bonaparte. 1807 Lucha dinástica entre Carlos IV y Fernando II habían entrado las tropas francesas en marzo de 1807 para invadir Portugal llamadas por Godoy. En este momento va de Turquía a París y se pasa a los franceses. Muere envenenado buscando una ruta Estambul-Meca-Senegal en una expedición francesa en Siria.
Acusan de afrancesado, publica su libro en París 1814, en España Valencia en 1836 sin el atlas. Información geográfica, botánica, sociológica, pesos, mediadas, distancias, lengua, monumentos, gastronomía etc.

Ali Bey llegó a Damasco a caballo el 22 de agosto de 1807. Había salido tres días antes de Nazaret donde se había hecho pasar por el hijo del rey de Marruecos e iba al frente de toda una expedición: treinta hombres a caballo y detrás los camellos llevando los enseres. Como estaban en verano se habían puesto en marcha a las cinco de la mañana para evitar los calores:

A las ocho y media, habiendo atravesado varias colinas que ciñen el horizonte, descubrí una inmensa llanura al E., con montañas al N.; advertí una en particular aislada de las demás de forma piramidal gigantesca, al pie de la cual, entre infinidad de jardines, se elevan los minaretes de las mezquitas de Damasco. La llanura se halla cuajada de pueblecitos rodeados de árboles y vergeles.
Después de reposar algunos instantes en el lugarejo de Daria, situado en los jardines de Damasco, y donde entré a las once menos cuarto, llegué a las doce y media a las primeras casas de la ciudad, a la que los árabes llaman Sham.

Uno de los diplomáticos españoles que mejor conoció el Medio oriente fue Antonio Bernal de O'Reilly nombrado cónsul general en Siria desde noviembre del 1863 hasta noviembre de 1866. El consulado español en Siria estaba situado en Beirut y durante su estancia atendía también a los asuntos en Palestina, lo cual le permitió conocer bien la zona tal como lo demuestran sus libros: En el Líbano, cartas relaciones sobre la Siria (187?), Viaje a Oriente, en Egipto (1876), En Tierra Santa: la Judea la Samaria y la Galilea (1896) y Jerusalén, la Semana Santa (1877). A Bernal de O’Reilly se encomendó que cobrara las indemnizaciones por los sucesos de Damasco de 1860. Otro aspecto destacable fue la práctica del periodismo a través de las páginas La Epoca. Este diplomático acabó su carrera en Bayona y le nombraron hijo adoptivo de Fuenterrabia.

Adolfo de Mentaberry del Pozo: España abre un consulado que mantendrá hasta 1886. Uno de los primeros en ocuparlo fue Adolfo de Mentaberry el 1 de marzo de 1866 que permanecerá hasta el 18 de julio de 1867, fecha en que le trasladan a la legación española en Estambul como primer secretario. Diplomático, periodista en La Ilustración Española y Americana y autor romántico la siguiente vista panorámica de su De Madrid a Constantinopla “Desde su altura se descubre una vista espléndida tan espléndida y bella como pocas veces es dado contemplar a los humanos. (...); y Damasco tendida en un vergel, con sus blancas torres y sus lucientes alminares, la sultana misma que acaba de bañarse en el Bared, y enjuga su cuerpo hermoso con el manto del sol, sin importarle que la brisa acaricie mientras tanto sus formas torneadas”.

Adolfo de Rivadeneyra (Valparaíso 1841-Madrid 1882), viene a España con 7 años, hijo de Manuel, editor Mercurio, obra muy importante Biblioteca de autores españoles (termina tomos 67-71), estudia en Alemania, Francia y Bélgica. Su carrera diplomática empieza en 1863 como Joven de Lenguas con destino Levante, mandan a Beirut 1864-1867, aprende árabe, consulado de Jerusalén. Ceilán, 1868 Damasco 1869-1870, Persia 1874-75 y Mogador 1878. Es autor de De Ceilán a Damasco y Viaje a Persia, las cuales han sido recientemente editadas por Fernando Escribano en Miraguano.

Manuel Quintana , Cónsul en Beirut los años 1874-75 cuya obra Siria y el Líbano apareció en Madrid en 1877 dedicada a Alfonso XII. Muere su mujer Isabel Mucha información sobre los diferentes pueblos de la región: drusos, maronitas, ismaelitas,
asirios (caldeos) Yezidíes, Metualis (Chiís y/o alauítas) tipo informe.

Fernando de Aranda (Madrid 1878-Damasco 1969) Su padre fue músico de la corte imperial otomana entre 1886-1909. Fernando de Aranda llegó hacia 1902 a Damasco convirtiéndose en uno de los arquitectos más importantes, autor de la estación de ferrocarriles de Damasco a Heyaz, paso previo para acceder a la ciudad Santa de Medina, varios ministerios o el hotel Zenobia en Palmira. Fernando de Aranda fue Cónsul honorario 1912-1936 con interrupciones. Durante la Gran Guerra España figura como mediadora de los intereses aliados en Turquía y la labor de Aranda fue reconocida y recompensada por franceses e italianos. Fue sustituido por Vicente Amigo que estaba presente durante la llegada del ejército tropas anglo-árabe en el otoño de 1918. Tenemos de este diplomático de carrera una referencia por parte de T.E. Lawrence de Arabia en su obra Los siete pilares de la sabiduría en el momento en que sus tropas ocupan Damasco en 1918: “Un acontecimiento divertido que me ocurrió fue una llamada oficial que me hizo el cónsul español en la ciudad, un individuo de refinado acento inglés, que se me presentó como encargado de negocios de diecisiete nacionalidades distintas ( incluyendo a todos los combatientes, con excepción de los turcos) y que buscaba en vano la autoridad legalmente constituida en la ciudad”.

Las relaciones entre España-Siria están marcadas por varios acontecimientos el más importante fue la guerra civil de 1860 entre cristianos y musulmanes en que. El convento franciscano español fue destruido el 10 de julio y sus ocupantes, Manuel Ruiz, padre superior, Carmelo Bolta, párroco, Francisco Pinazo, sacristán, Juan Jacobo Fernández, cocinero, Engelberto Kolland, coadjutor, tres alumnos de árabe, Nicolás Alberca, Pedro Soler y Ascanio y tres hermanos maronitas libaneses de la familia Massabki, asesinados. Al margen de la campaña de prensa hubo otra en las iglesias y debieron de quedar bastante impresionados los feligreses, ya que dos años después se entregaron 64.956 reales de vellón en la legación de Estambul para los cristianos de Siria, 13.586 procedían de la diócesis de Toledo.

España realizó las reclamaciones pertinentes fijando una indemnización por las pérdidas en 2.182.417 piastras y con este dinero se reconstruyó la iglesia, edificó un nuevo convento al cual envió España en 1870 valiosos cuadros y objetos de culto.

Abdel Kader el Argelino ayudó a los cristianos, su voz llegó hasta la prensa española como se puede apreciar por este artículo publicado en El Pensamiento español de Madrid el 9 de agosto de 1860.

DAMASCO a 27 zilhége 1276 (18 de julio de 1860)
Queridos y dignos amigos: deseo mucho veros y pido a Allah que os conserve. He recibido vuestra digna carta, fecha 13 de julio, en la que me preguntáis lo que ha sucedido a los cristianos de Damasco. Os decimos en contestación que el lunes 9 de julio, a las dos de la tarde, empezó la guerra, motivada por el castigo impuesto por el gobernador de esta ciudad a algunos musulmanes que injuriaron a otros cristianos. Se enfurecieron aquellos musulmanes y corrieron, armados a las casas de los cristianos; mataron, quemaron y saquearon al mismo tiempo.
Los soldados turcos acudieron en su ayuda, fingiendo apaciguar la revuelta, pero haciendo causa común para matar, robar y saquear. Algunos musulmanes ancianos hicieron causa común para detener la acción, pero los jefes de los soldados turcos no quisieron paz; por el contrario indujeron a sus soldados contra los desgraciados cristianos ; los soldados estaban apoyados por hordas de pillos de todas actas. Viendo tal estado de cosas, me apresuré a coger bajo mi protección a todos aquellos desgraciados cristianos; llevé conmigo a mis argelinos y pudimos sacar con vida a hombres, mujeres y niños. Durante este estado de cosas, que duró el lunes y el martes, no cesando los perturbadores de matar, quemar e inmolar cristianos sin que el gobernador tratase de defenderlos, envié a buscar a Mr Lanusse, cónsul de Francia, y a otros franceses.
El miércoles, con el pretexto de que habían sido encontrados muertos dos musulmanes, lo cual no era verdad, volvió a empezar la guerra. Sin embargo Damasco tiene también un gobernador, pero lo mismo que si no lo tuviera. Por mi parte, me condolí de ese desgraciado suceso acontecido a los pobres cristianos. No se reconoce el sitio de sus casas; están todas reducidas a cenizas; no se conoce el número de sus muertos; pero se calculan en 3.000 las víctimas. Finalmente, todos los cristianos y europeos que pude reunir están en el abrigo de mi casa; les doy todo lo que les hace falta y ruego a Allah que salve a esos pobres cristianos de las manos de esos furiosos.
Firmado: Abd-el-Kader Ebn Mahhieddir.

Viajeros románticos

El primer viajero romántico hispánico que visita Damasco es Pedro Paz Soldán y Unanue, el cual no salió de España sino de Perú en el año 1859, cuando contaba con veinte años de edad. Este miembro de la aristocracia criolla limeña viajará por Europa y el Medio Oriente durante tres años con el dinero que había obtenido tras cobrar una suculenta herencia. Posteriormente será uno de los literatos más importantes de su país, elegido corresponsal de la Real Academia de la Lengua de Madrid en 1882. Joven, rico, con pretensiones literarias y ganas de conocer mundo encaja en el prototipo del viajero romántico en búsqueda de lo exótico. A diferencia de Lamartine o Chateaubriand está más interesado en conocer otras culturas y de vivir nuevas experiencias que en el hecho de conocer el lugar donde nació y murió Jesucristo. No le interesa Beirut, por ser demasiado similar a Europa, y se dirige a Damasco en 1862 donde pasará una semana.

El Estado español y los lectores hispánicos tuvieron también información oficial a través de las memorias de varios buques de guerra que se enviaron al Mediterráneo oriental como observadores. La que más difusión tuvo fue la de Juan de Dios de la Rada y Delgado, un intelectual de primera fila, encargado de redactar el Viaje a Oriente de la Fragata de Guerra Arapiles que narra el viaje de dicho barco en 1871-72. Editada en tres volúmenes con ilustraciones en color pocos años más tarde, se trata de un verdadero compendio del saber intelectual español de la época sobre la zona. Damasco tiene también un pequeño apartado con aportaciones históricas, políticas, sociales, artísticas y económicas. Parece ser que la estancia no pasó de un par de días, pero la ciudad, sus monumentos y población están tratados de manera apropiada.

La mayoría de los autores oficiales se acercan a la España liberal, la cual competía con la España conservadora de los carlistas, muy arraigada entre los sectores religiosos más radicales y la aristocracia. Un ejemplo de estos autores son José María Fernández Sánchez y Francisco Freire Barreiro, catedráticos de la Universidad de Santiago que publicaron Santiago, Jerusalén, Roma; Diario de una peregrinación a estos y otros santos lugares de España, Francia, Egipto, Palestina, Siria e Italia, en el año del Jubileo Universal de 1875 en la imprenta del seminario conciliar de Santiago. El título del libro deja entrever lo que hay dentro: el estado de los principales lugares de peregrinación de los católicos, algunos de los cuales, como Tierra Santa, pertenecían al Imperio Otomano.
Guia de viajes, historia, notas ...

Narciso Pérez Reoyo acompañó a los catedráticos de la Universidad de Santiago. Su obra, Viaje a Egipto, Palestina y otros países del Oriente fue publicada en Lugo en 1883. Es un texto complementario al de sus compañeros, menos erudito y sin notas a pie de página, pero que describe la misma ciudad y las personas que conocieron durante los tres días de abril de 1875 en que permanecieron en Damasco

Uno de los ejemplos es Octavio Velasco del Real que empieza su libro, De Roma a Jerusalén, con la visita a la Exposición Universal de París de 1889 desde donde se traslada a Roma y luego a Tierra Santa y, de paso, al Líbano, Damasco y Grecia para terminar en Barcelona en donde publicó su libro un año más tarde. Dibujos.

Enrique Gómez Carrillo Guatemala 1873-París 1927 Estuvo viajando por Turquía, Siria y Egipto entre octubre-diciembre de 1911. Este guatemalteco publicaba en periódicos de Madrid, Buenos Aires y México crónicas de la vida parisina y de otros lugares como Marruecos, Japón, Rusia o el imperio Otomano. Gómez Carrillo afirmaba que lo que quería encontrar en sus viajes era “el alma de los países que me interesan. Lo que busco es algo más frívolo, más sutil, más positivo: la sensación”. Todos estos espacios están marcados por dos elementos clave del modernismo: el cosmopolitismo y el exotismo. Incluye a Damasco en su libro Ciudades de Ensueño junto con Estambul, Jerusalén, Atenas y Nikko en Japón. Se trata de una de las descripciones más bellas de la capital de Siria donde están presentes gran parte de los recursos artísticos de esta corriente artística.

Y son seres deliciosos, corteses, amables, galantes, hospitalarios, discretos, tolerantes. En estos mismos momentos en que los preparativos para la peregrinación de la Meca atiza en las almas el fuego religioso, no puede nadie sorprender en las calles, la más ligera muestra de hostilidad contra los cristianos. En la gran mezquita de los ommíadas, donde pasamos la mañana, no notamos una sola mirada hostil. Cuando entramos en el santuario, después de habernos descalzado piadosamente, la escuela de los “muftis” está en plena actividad. Acurrucados en una inmensa tarima, los futuros sacerdotes oyen al imán, que les explica los grandes secretos del Corán con ese tono de melopea adormecedora que en todas partes tienen las recitaciones de iglesia. Los adolescentes de perfiles de bronce parecen oír la venerable palabra con la mayor deferencia. Innumerables fieles, que terminaron ya su prez matinal con el rostro vuelto hacia el “mirab”, permanecen postrados al pie de las columnas, soñando largos ensueños. En algunos rinconcillos reservados para devociones especiales y para milagrosos votos, los creyentes abísmanse en delirantes invocaciones. Todo el templo parece animado de una actividad mística.

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